Mi nombre es José Ángel Luque Priego, entre en el mundo laboral el año 1986 y a pesar de mi juventud llevo más de 20 años cotizados. En todo este tiempo he pasado por diferentes empresas, pero ninguna me sorprendió tanto como esta multinacional, por eso fui tan feliz cuando me hicieron de plantilla. Parecía haber un buen ambiente por parte de la gente que encontré, pero me entristecía lo poco que se nos valoraban en el trabajo por parte de la dirección de Ficosa. Descubrí junto a mis compañeros las diferencias salariales entre trabajadores/as de la misma categoría, hechos que demostraban la falta de igualdad y justicia a la hora de retribuir el mismo trabajo y el mal hacer de las cosas.
Los trabajadores se quejaban y no paraban de manifestar su desacuerdo con el sistema que aplicaba la empresa en la valoración de sus trabajadores y sobre todo en la falta de EPIS y de seguridad laboral, pero a la hora de la verdad la mayoría no querían entrar en el mundo del sindicalismo. Ante la falta de representantes que defendieran a los trabajadores, en el 2001, salió un Comité de Empresa que ganó las elecciones y que comenzó a reivindicar las inquietudes de los trabajadores, centrándose en los dos temas citados anteriormente. En verano de 2005 un grupo de delegados de empresa abandonamos el anterior sindicato por habernos engañados y mentido a los representantes de los trabajadores y trabajadores/as en conflictos de máxima importancia. Siempre en ese tiempo se me iba diciendo: esto no lo podéis hacer, esto tampoco, esto es imposible. En octubre de 2005 tomé la decisión de encabecezar una nueva lista de trabajadores/as con ilusión de trabajar y defender a los compañeros/as de Fico Triad, surgiendo la mayoría absoluta dela C.G .T en la empresa.
He visto muchas cosas en este tiempo: corrupción de organismos, corrupción de abogados que supuestamente nos defendían, ataques de propios compañeros de otras centrales sindicales; y todo por ser diferente y creer que los derechos están ahí para defenderlos, con diálogo y una lucha sindical ajustada a las realidades de cada momento. Pero eso sí, sin olvidar que somos trabajadores/as y son para los que debemos estar siempre, no para los intereses de la empresa.
He sido sometido a una persecución constante por parte de la dirección de Fico Triad y sus diferentes jefes de producción. He sufrido, al igual que otros de mis compañeros del comité, incesantes descuentos de salario por el mero hecho de acudir citado a organismos oficiales en representación de los trabajadores/as. Tras varios años denunciándolo, la sentencia del juzgado social 19 de Barcelona, nos da la razón y deja claro el derecho que tenemos a asistir citados sin merma económica. La multinacional ha acabado aceptando finalmente su error, desestimando recurrir al T.S.J.C., pues sabe muy bien que no puede ganar el juicio.
La estrategia de la empresa ha sido clara estos años: intentar enfrentar a los trabajadores, la discriminación, el abuso de autoridad y la represión sindical.
Hoy me encuentro despedido pendiente de un juicio que determinará si vuelvo o no a la empresa. Depende de un tercero, un juez o jueza que sea capaz de ver y entender el realismo de las atrocidades que hemos vivido y sufrido los representantes de los trabajadores/as y sea capaz de hacer uso de su decisión de nulidad para que se restablezca la injusticia que la empresa a vertido sobre mi persona en este despido abusivo. Pero si esto no fuese posible y su decisión judicial fuera otra, nadie podrá arrebatarme lo que llevo en mi corazón, el sentimiento de haber hecho lo correcto y de haber seguido el camino difícil, el que nadie quiere, pero el que se debe tomar al final si quieres ser coherente con tus ideas. Me llevaré muchas cosas: mis amigos, las personas que he conocido, lo que he aprendido en el camino; y sobretodo lo difícil que es hacer cosas y conseguirlas sin sufrir, porque todo nos afecta, directa o indirectamente. Si tuviese que explicar lo que he pasado en todo este tiempo seria incapaz de poder expresarlo con mi justo vocabulario, me siento feliz de tener los amigos que tengo.
Los trabajadores se quejaban y no paraban de manifestar su desacuerdo con el sistema que aplicaba la empresa en la valoración de sus trabajadores y sobre todo en la falta de EPIS y de seguridad laboral, pero a la hora de la verdad la mayoría no querían entrar en el mundo del sindicalismo. Ante la falta de representantes que defendieran a los trabajadores, en el 2001, salió un Comité de Empresa que ganó las elecciones y que comenzó a reivindicar las inquietudes de los trabajadores, centrándose en los dos temas citados anteriormente. En verano de 2005 un grupo de delegados de empresa abandonamos el anterior sindicato por habernos engañados y mentido a los representantes de los trabajadores y trabajadores/as en conflictos de máxima importancia. Siempre en ese tiempo se me iba diciendo: esto no lo podéis hacer, esto tampoco, esto es imposible. En octubre de 2005 tomé la decisión de encabecezar una nueva lista de trabajadores/as con ilusión de trabajar y defender a los compañeros/as de Fico Triad, surgiendo la mayoría absoluta de
He visto muchas cosas en este tiempo: corrupción de organismos, corrupción de abogados que supuestamente nos defendían, ataques de propios compañeros de otras centrales sindicales; y todo por ser diferente y creer que los derechos están ahí para defenderlos, con diálogo y una lucha sindical ajustada a las realidades de cada momento. Pero eso sí, sin olvidar que somos trabajadores/as y son para los que debemos estar siempre, no para los intereses de la empresa.
He sido sometido a una persecución constante por parte de la dirección de Fico Triad y sus diferentes jefes de producción. He sufrido, al igual que otros de mis compañeros del comité, incesantes descuentos de salario por el mero hecho de acudir citado a organismos oficiales en representación de los trabajadores/as. Tras varios años denunciándolo, la sentencia del juzgado social 19 de Barcelona, nos da la razón y deja claro el derecho que tenemos a asistir citados sin merma económica. La multinacional ha acabado aceptando finalmente su error, desestimando recurrir al T.S.J.C., pues sabe muy bien que no puede ganar el juicio.
La estrategia de la empresa ha sido clara estos años: intentar enfrentar a los trabajadores, la discriminación, el abuso de autoridad y la represión sindical.
Hoy me encuentro despedido pendiente de un juicio que determinará si vuelvo o no a la empresa. Depende de un tercero, un juez o jueza que sea capaz de ver y entender el realismo de las atrocidades que hemos vivido y sufrido los representantes de los trabajadores/as y sea capaz de hacer uso de su decisión de nulidad para que se restablezca la injusticia que la empresa a vertido sobre mi persona en este despido abusivo. Pero si esto no fuese posible y su decisión judicial fuera otra, nadie podrá arrebatarme lo que llevo en mi corazón, el sentimiento de haber hecho lo correcto y de haber seguido el camino difícil, el que nadie quiere, pero el que se debe tomar al final si quieres ser coherente con tus ideas. Me llevaré muchas cosas: mis amigos, las personas que he conocido, lo que he aprendido en el camino; y sobretodo lo difícil que es hacer cosas y conseguirlas sin sufrir, porque todo nos afecta, directa o indirectamente. Si tuviese que explicar lo que he pasado en todo este tiempo seria incapaz de poder expresarlo con mi justo vocabulario, me siento feliz de tener los amigos que tengo.
Es gracioso, si tu cabeza no tiene precio hacen lo posible por cortártela
