Esta carta fue remitida a la sede de CC.OO. el 12 de noviembre, sin haber recibido contestación alguna por el momento, no se si por alta de actitud o de tiempo. Debido a ello la hago pública.
A la atención de Antonio Díaz, Secretario General de la Unión Comarcal del Vallés Occidental de CC.OO :
Primero manifestar que la empresa a la que pertenezco (o pertenecía, ya que eso lo determinará un juez), es una empresa pequeña, de esas que no salen en los medios de comunicación cuando se despide a un trabajador. Pero tan necesario es el puesto de trabajo para mi como para el compañero o compañera de SEAT, NISSAN, ...; aunque eso sí, el impacto social es muy distinto. Yo trabajo (o mejor dicho trabajaba) en Cecrops, una empresa de poco más de 30 trabajadores.
En Cecrops hay tres delegados de personal, los tres de CC.OO., pero he tenido la mala suerte de que dos de ellos (omito sus nombres en esta carta) o no saben entender cuales son sus funciones como representantes unitarios de los trabajadores, o sufren una profunda esquizofrenia sindical entre situarse “frente a la empresa” o “con la empresa”.
El párrafo anterior sería una pura teorización sindical sin trascendencia alguna si de ello no hubiera derivado el despido disciplinario de un trabajador. Paso a enumerarte algunos aspectos de la acción sindical de estos señores:
- En enero del 2008 promueven y llevan a cabo mi revocación como delegado de prevención, no por una mala labor, simplemente por afiliarme a un sindicato distinto al suyo.
- En julio del 2008 entregan carta a la empresa, encabezada con el logo del Sindicato de la Construcción de la Unión Comarcal que tu representas, donde exoneran a la Dirección de Cecrops de las responsabilidades trasladadas a Inspección de Trabajo en varias denuncias. Carta que posteriormente ha sido utilizada por la empresa en Inspección, sin solucionar las problemáticas denunciadas.
- El 16 de octubre del 2008, cuando me entregan la comunicación de despido, guardan silencio ante la empresa, se ofrecen como testigos al negarme a firmar la carta, abortan cualquier intención de convocar una asamblea para tratar el tema del despido de un trabajador.
Es por lo que creo conveniente que nos reunamos, no ya solo por lo ocurrido, también para garantizar que estos señores no acudirán al juicio por mi despido a testificar cualquier cosa que se les ocurra o puedan acordar con la empresa.
Atentamente
Jordi h